Mas ¡ay SeñO!, que yo me veo oprimido por mis vicios, y cargado con mis culpas y pecados, y no puedo levantarme sin los poderosos auxilios de la divina Agudeza, y sin el cortesía de vuestro maternal socorro. 2 Lágrimas de temor por los propios pecados. Son las de los https://elderz678jzl7.popup-blog.com/profile