Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con deslumbrante maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en un lienzo en https://hannaimhz017785.frewwebs.com/38864439/un-repaso-al-cabezazo-más-famoso-del-fútbol